Comenzó peregrinación de la Virgen del Carmen Misionera

Con una eucaristía en Rancagua que contó con la participación de los obispos de la Conferencia Episcopal y numerosos fieles, la imagen de la Madre del Consuelo junto al Evangelio de Chile inició este viernes su caminar por Chile. Este sábado será llevada al archipiélago de Juan Fernández.

Tras ser entregada a la Iglesia y al pueblo de Chile en la Catedral del Santiago el pasado domingo 11 de abril por el Secretario de Estado de Vaticano, este hermoso regalo del Papa Benedicto para el Bicentenario llegó este viernes a la plaza de Rancagua.

En el gimnasio del Colegio del Sagrado Corazón de Rancagua repleto de fieles se ofició una Eucaristía, que fue presidida por el Obispo diocesano y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Alejandro Goic, con asistencia de los Obispos de la CECh que este mismo día han concluido en Punta de Tralca su 99ª Asamblea Plenaria.

En diálogo con los periodistas antes de iniciarse la celebración eucarística, Mons. Goic explicó que la Virgen del Carmen Misionera junto al Evangelio de Chile recorrerán todas las diócesis de Chile. "En la mayoría de ellas estará durante una semana. Pero el terremoto ha obligado a modificar esta programación y se ha querido que los primeros lugares que recorra sean comunidades especialmente afectadas por la catástrofe. Ya estuvo en algunos lugares dañados de Santiago, y hoy llega aquí, al centro cívico de esta capital regional que ha sido muy golpeada", contó el Obispo.

La imagen de la Santísima Virgen estará en el archipiélago de Juan Fernández este sábado 17 y el lunes 19 llega a la diócesis de Punta Arenas. Ver itinerario completo.

El Presidente de la Conferencia Episcopal explicó que esta peregrinación no sólo tiene un sentido religioso como una devoción que congrega a muchos fieles, sino que se trata de despertar al país y conducirlo a una nueva etapa de su vida, "que apunta a reconstruir pero también a recrear la historia a partir de lo mejor de nuestros valores. Por eso la Virgen lleva el Evangelio, porque nos muestra la Palabra de su Hijo. Nosotros invitamos a Chile a aprovechar este tesoro, que es Jesucristo, el mayor regalo que como Iglesia podemos ofrecer al país", sostuvo.


Contigo, Virgen del Carmen

Mons. Goic inició su homilía destacando que luego del terremoto y maremoto ha sobrevenido "un tiempo de pérdidas, de duelos enfrentados, postergados o negados; un tiempo de miedo, de búsquedas. Pero, ante todo y fundamentalmente, ha sido éste un tiempo de mirar al Señor, que asume la Cruz y vence la muerte, que nos muestra a su Padre, Dios de amor y misericordia".

Junto con agradecer a sus hermanos obispos que llegaron a Rancagua como un signo de fraternidad y cercanía hacia todas las personas, pueblos y ciudades damnificadas, reveló que en la recién concluida Asamblea Plenaria del Episcopado los pastores han compartido profundas experiencias de fe que se han vivido después de la catástrofe.

"Como pastores en medio de nuestras comunidades más afectadas, alabamos y bendecimos al Señor que nos habla desde los humildes y sencillos, en sus valores y en su fe. Son tantas las personas que, en medio de carencias y sufrimientos, no dejan de dar gracias a Dios por la vida. Son tantos los corazones solidarios que espontáneamente se movilizan para servir, por amor al Señor. Es el rostro de Cristo el que reconocen en sus hermanos y hermanas", manifestó.

Añadió el Obispo de Rancagua que para los creyentes, discípulos misioneros de Jesús en esta hora de esperanza, "acompañar a los que sufren es mucho más que una entrega de alimentos, de enseres o viviendas. Junto con apoyar a las comunidades como protagonistas de su reconstrucción, nos corresponde acompañar a las personas, escucharlas, rezar juntos, quedarnos con ellos y encontrarnos con el Señor, en su palabra, en la Eucaristía".


Una mesa donde nadie sobra y nadie puede faltar

Mons. Goic expresó su alegría al recibir en Rancagua a la Virgen del Carmen Misionera que comienza su peregrinación por Chile junto al Evangelio de Chile.

"Este regalo del Santo Padre Benedicto XVI es una hermosa bendición para este momento de nuestra historia. La Madre del Consuelo, bajo cuyo amparo colocamos a nuestras familias y comunidades, ha querido partir presurosa a visitar a quienes más necesitan de su bondadosa protección. Y ha venido a esta sexta región y a esta diócesis de la Santa Cruz de Rancagua. Región e Iglesia que también han sufrido gravemente el impacto del terremoto y maremoto. Y ha iniciado su procesión hoy a este centro cívico histórico como un signo amoroso y de consuelo a todos los que han sufrido y sufren con pérdida de vidas humanas, en sus hogares, sus templos y capillas".

Originalmente esta ceremonia se iba a efectuar en la Plaza de armas de la ciudad histórica, pero por precaución por la fuerte lluvia de la mañana se prefirió celebrar la misa en el gimnasio del establecimiento educativo.

El Presidente de la CECh expresó su gratitud al Papa Benedicto XVI por su regalo, por su cercanía, afecto y su oración. "Gracias por regalarnos esta oportunidad de recibirla en nuestras diócesis. La visita de la Madre es siempre bien esperada en los hogares. La Madre recorre nuestro Chile en el año de la fiesta bicentenaria, y después de un dolor tan grande nos encuentra de pie. Ante ella renovamos nuestra esperanza en su Hijo, para hacer de esta Patria “una mesa para todos”, donde nadie sobra y donde nadie puede faltar".

La homilía concluyó con un llamado a la esperanza. "Alegrémonos, viene la Madre a mostrarnos el camino que nos reencuentra con el “alma de Chile”. Ese camino lo hemos escrito de puño y letra miles de chilenos: es el Evangelio de Chile, la Palabra de Dios. Porque creemos que el mejor regalo que una Iglesia acogedora y cercana puede ofrecer al país en su Bicentenario es la vida, la palabra y el proyecto de Jesús, el Señor".

Fuente: Prensa CECh

Rancagua, 16/04/2010